Tener alimentos frescos en casa siempre es una gran decisión; más si se trata de productos que puedas plantar, cuidar y conservar como las hierbas aromáticas.
Hay trucos que ayudan a mantenerlas en buen estado, aunque también existe la posibilidad de aprender a secar correctamente para mantener sus propiedades intactas.
La ventaja más notoria de este método de conservación es la duración. No siempre es fácil conseguir exactamente la cantidad que se necesita; más bien se venden en manojos abundantes donde mucho del producto termina en la basura. Al secar hierbas, su vida útil se puede alargar incluso años.
Métodos
Una buena regla general para elegir un método de secado es que las hierbas más secas (como el orégano, el eneldo y el romero) son más adecuadas para secar al aire, mientras que las hierbas con mayor contenido de humedad (como la menta y la albahaca) son más adecuadas para secar en exceso.
Método A
- Reúne tus hierbas cosechadas en pequeños racimos de aproximadamente 5-10 ramas por paquete. Asegura cada paquete con una banda de goma o un cordel.
- Coloca cada vástago del paquete en una bolsa de papel y ciérralo. Haz unos pocos agujeros en la bolsa para permitir la circulación del aire y la ventilación.
- Cuelga la bolsa por los tallos en un lugar cálido. ¡Tus hierbas secadas al aire deberían estar listas en aproximadamente 1 semana!
Método B
- Coloca las hierbas que deseas secar en una sola capa en una bandeja. Precalienta tu horno a su temperatura más baja y calienta tus hierbas durante 2 a 3 horas.
- Mientras las hierbas se están “horneando”, mantén la puerta del horno ligeramente abierta para ayudar con la circulación. Revisa periódicamente para asegurarte de que tus hierbas no se quemen.
- Una vez que las hierbas se desmoronan en tus dedos, ¡están listas!
Sea cual sea el método que elijas para secar tus hierbas, ten en cuenta que se mantendrán frescas durante aproximadamente 6 meses si se almacenan correctamente.