Cuando se realizó con éxito la cosecha y la manicura, es momento de secar los cogollos.
El objetivo de este proceso es que se elimine la mayor humedad posible que se encuentre presente en las flores. Es importante destacar que el secado es tan crucial como el resto del ciclo de cultivo.
Durante el secado, los cogollos van perdiendo la mayoría de su humedad y adquiriendo su tamaño definitivo. Hay que tener en cuenta que siempre suelen perder más de la mitad de su peso durante este proceso.
El secado es una de las variantes que más preponderancia tiene al momento de obtener los sabores y olores de nuestros cogollos. Un mal secado no solo puede provocar que perdamos todos los aromas que tenía la planta viva, sino también estropear los aromas y el estado de los mismos.
¿Dónde secarlos?
El lugar de secado debe ser elegido con anterioridad a cosechar y haber sido previamente limpiado y acondicionado.
Es importante tomar dimensión de la cosecha y elegir un espacio acorde: así como no se pueden secar tres plantas enormes en un pequeño armario, tampoco tiene sentido secar una planta pequeña en una habitación grande.
El lugar óptimo para hacerlo es un espacio oscuro donde podamos controlar la temperatura y la humedad, para dejar la primera en torno a los 15-20 °C y la humedad ambiente alrededor del 50%.
¿Qué pasa si no contás con un espacio así? Podés elegir otro espacio, pero debe estar limpio, oscuro y ventilado, sin problemas de humedad ni demasiado caluroso. Además, no debe estar expuesto al sol directo.
Secado en un armario
Los armarios, placards y roperos suelen ser un buen lugar.
Una vez cortadas, colgaremos las ramas y/o plantas boca abajo. Para esto podemos colgar hilos del caño travesaño del placard o también usar perchas. Colgar la planta entera o rama por rama dependerá en última instancia del tamaño de la planta y del espacio que contemos para secar. Debemos dejar un espacio entre ellas para que no concentre tanta humedad.
Es importante abrir la puerta del armario todos los días para renovar el aire e inspeccionar los cogollos en búsqueda de hongos, especialmente los tres primeros días, que es cuando mayor humedad liberan.
En caso de encontrar un indicio de hongos debemos retirar los cogollos afectados y revisar bien el resto para evitar que la infección se expanda.
Por otro lado, ante un clima de alta humedad o que las plantas estuvieran por demás húmedas al momento de la cosecha, podemos ayudarnos con un ventilador que no apunte directamente.
Demora del secado
El secado debe ser lento y parejo. Cualquier método de secado rápido va a perjudicar los aromas y sabores dañando ostensiblemente la experiencia al fumar.
Un buen secado puede durar unos 10 o 15 días, sin embargo, no hay que forzar los tiempos: si los cosecha se secó más rápido, se enfrasca antes.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que no todos los cogollos se secan al mismo tiempo, ya que las flores más densas y compactas tardarán más.
¿Cuándo están listos?
Si los colgamos boca abajo con las ramas, podemos chequearlo a través de ellas. Si al doblarlas escuchamos un crujido, pero estas no se quiebran, ya va siendo tiempo de enfrascar los cogollos.
Por otro lado, si al apretar los cogollos estos recuperan su forma como si fueran una esponja, es indicio de que ya están secos. En cambio, si al apretarlos se quiebran y se hacen polvo, es muestra de que nos pasamos un poco.
Es importante que una vez que transferimos los cogollos al frasco, los sigamos revisando a diario durante las primeras semanas. En caso de abrir el frasco y percibir excesivo olor a humedad o notarla al tacto, conviene retirar los cogollos y ponerlos en una caja de cartón para que continúen su secado por algunos días más.
Fuente: Revista THC
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