En estos meses estamos transitando el periodo de floración de muchas plantas y por ello, esta etapa, se verá marcada por la necesidad de grandes cantidades de potasio y fósforo, así como también de calcio.
Es en este contexto que podemos aplicar jugos de frutas fermentadas.
Este preparado nace de la fermentación de frutas dulces y maduras, donde obtendremos cantidades suficientes de ácido fosfórico y elevadas de calcio. Es un tipo de jugo de plantas fermentadas que usa solo frutas maduras como materia fermentable.
Cómo hacerlo
Como primera medida, necesitamos frutas maduras. Ya sea banana, durazno o incluso remolacha, cualquiera de estas es una excelente opción.
Además, vamos a precisar un frasco de boca ancha, bandas elásticas, papel de cocina, tabla, cuchillo, azúcar mascabo integral orgánica apta para consumo humano (sin azufre) y una balanza.
Primero debemos trocear la materia vegetal en cubos de 1 a 3 cm de lado, incluyendo la cáscara. Luego, mezclar la misma cantidad de azúcar mascabo, asegurándose de que todo el azúcar entre en contacto con la humedad de la fruta.
En tercer lugar, vamos a trasvasar la mezcla al frasco de boca ancha y agregaremos un cierre con papel de cocina y bandas elásticas.
Para evitar moscas y hormigas, debemos hacer un sello de azúcar mascabo (una capa suficientemente grande y gruesa), de forma que la superficie superior se encuentre seca.
Luego hay que esperar entre 3 y 15 días según la temperatura, a más calor menos tiempo de espera. Idealmente la temperatura no debe superar los 28 °C. Finalmente, debemos filtrar el líquido resultante separando así los restos vegetales, que pueden usarse para compostar.
El líquido hay que conservarlo en un lugar templado, oscuro y ventilado. Dado que el fermento se compone de microorganismos vivos que producen gases, es importante contemplar esto a la hora de elegir recipientes, ya que los de cierre total pueden estallar con el tiempo.
Aplicación y dosificación
Debemos diluirlo en agua en una proporción de entre 1 en 1000 y 1 en 250. Es recomendable emplearlo en forma de compost tea brew, es decir incubado con agua y azúcares, como mascabo y melaza. La clave está en subir la cantidad de inóculo inicial conforme la floración avanza.