La presencia de insectos en la huerta muchas veces genera preocupación. Sin embargo, a través de su reconocimiento e identificación, podemos aprovecharlos al máximo en favor de nuestras plantas.
Existen insectos que ayudan a controlar la población de aquellos otros que se alimentan de las plantas de la huerta. Comúnmente, a los primeros se los conoce como “benéficos”. Siempre habrá plagas en la huerta, pero la plaga es preocupante cuando los niveles poblacionales son elevados y producen serios daños.
Ecosistemas
La vida en el planeta está organizada en sistemas perfectamente definidos y autosuficientes, en los que fluyen la energía y la materia. Llamamos ecosistemas a estos sistemas biológicos en los cuales existe una equilibrada relación de los vegetales y animales entre sí y con su medio, en un ambiente de continuo cambio y evolución en el tiempo y espacio.
Para promover el equilibrio de los ecosistemas que son las huertas, es necesario la aplicación de algunos principios ecológicos; prescindiendo del empleo de plaguicidas u optando por insumos orgánicos. También combinando plantas y alimentándolas para que estén fortalecidas frente a la presencia de algún patógeno.
¿Cómo se logra?
Necesitamos contar con conocimientos y estrategias preventivas que ayuden a minimizar la población de bichos que podrían atacar nuestras plantas. Por ejemplo:
- La diversidad de aromas confunde a los insectos y dificultan la invasión.
- La asociación de algunas plantas sirve para evitar el ataque de ciertos insectos e incrementar la posibilidad de albergue de otros benéficos.
- El dinamismo de los ciclos de las hortalizas, como las siembras escalonadas o los cortos períodos hasta la cosecha, también son una ventaja ya que las plagas tienen escaso tiempo para ocasionar daños en las plantas.
¿Cómo me doy cuenta cuando hay insectos benéficos?
Para saber el tipo y grado de impacto de una plaga, es necesario monitorearla. Esta práctica tiene un doble motivo: por un lado, para identificarla y determinar su importancia poblacional.
Por otro lado, como estrategia de control mediante la utilización de trampas. Existen distintos tipos de trampas. Algunas más sofisticadas que otras, pero todas cumplen con dos elementos importantes: un cebo o atractivo, por el cual el insecto es atraído, y un dispositivo que lo captura.
La identificación de insectos benéficos permitirá obtener un control biológico en la huerta.
Los más comunes
Vaquitas: Son de colores vistosos (rojo, negro, blanco y amarillo). Tanto los adultos como los jóvenes desde que nacen son excelentes depredadores de pulgones y larvas de gusanos cortadores en sus primeros estadios. También comen ácaros y trips.
Crisópidos: Insectos pequeños, voladores, de colores suaves -desde verde claro al verde amarillento-. Sus larvas comen pulgones, arañuelas y trips.
Sírfidos: Moscas muy atractivas por los colores de su abdomen (amarillo y negro) con aspecto similar al de una abeja. La hembra adulta localiza colonias de pulgones y coloca allí sus huevos.
Mantis Religiosa: Insectos grandes de color verde claro. Tanto los adultos como las crías comen diferentes plagas.