Desde hace décadas, las técnicas tradicionales de cultivo han perpetuado la utilización de productos, como pesticidas y plaguicidas, con altos grados de toxicidad. Lo que ha dado como resultado, efectos negativos en la salud de las personas y también en el medio ambiente, afectando sobre todo a los suelos.
Por eso vemos a los insumos orgánicos como una vía alternativa, amigable y asequible para incorporar a los métodos tradicionales, pensando en el cambio en las formas de cultivo y en el bienestar de aquellos que los utilizan cotidianamente.
Entre los tantos beneficios que aportan, destacamos los siguientes:
- Favorecen la capacidad de absorción de agua de los cultivos.
- Ayudan a retener los nutrientes.
- Mejoran la estructura del suelo.
- Producen alimentos y plantas más sanas.
- Atenúan el impacto ambiental.
- Aumentan la acción de bacterias y hongos que benefician al suelo.
Agregamos a lo anterior también que, con su uso, se evita la degradación del suelo, ya que los químicos eliminan los microorganismos útiles para la nutrición de las plantas. Se disminuye la toxicidad y no perjudican la calidad final de cultivos y plantas.